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sábado, 31 de marzo de 2018

Piramide Kañari / Frances Urco

Pirámide escalonada de cinco pisos.

Es lamentable observar como de a poco va desapareciendo nuestra cultura ancestral;abandonados a su suerte y aun en pie como en sus días de esplendor  las pirámides Kañaris majestuosas eh indomables perduran ante su inminente destrucción.

La Comunidad Francés-Urco necesita del apoyo de la ciudadanía que desee aportar para rescatar la cultura y el turismo de nuestras parroquias que están abandonadas en este aspecto, pues solamente tienen ofrecimientos y promesas de instituciones y ninguna ayuda concreta. Pero hay que resaltar que su trabajo no queda allí, ellos poseen un proyecto turístico para este sector y su zona de influencia es este caso los antiguos meandros del río Tarqui en donde se divisa la formación de la Guacamaya;



 el dios totémico de los Cañaris antiguos pobladores de toda la región Austral, el proyecto apoyado igualmente por Revista Cuenca comprende la recuperación de las antiguas márgenes del río con flores de múltiples colores asemejando las alas de la guacamaya.

de la misma manera podemos observar la figura de mama leoquina (madre serpiente) dios totémico de la cultura kañari.



Para satisfacción de las personas que se preocupan de la historia, la Junta Parroquial de Tarqui con su presidente Lcdo. Bolívar Saquipay a la cabeza y sus vocales declararon de utilidad pública estos espacios con la consiguiente ocupación para uso público, lo que es un acierto para que se pueda realizar este proyecto de recuperación y que se pueda tener este monumento histórico para las futuras generaciones.

Melqvisedek.

Templo Kañari de Altura Pachamama








Las ruinas arqueológicas de Pachamama, fueron reportadas por primera vez en el “informe sobre la Investigación de un sector del camino incaico en la zona de Cuenca, Ecuador “, por parte de los investigadores Jorge Guaman, Jaime Idrovo y Jhon Hyslop, quienes en febrero de 1981, escribieron:

"Subiendo a Pachamama (desde Llacao), un poco mas al norte, se encontró el camino empedrado y con abundante cerámica de superficie. El mismo pasa junto a una planicie en donde se pudo constatar la presencia de cimientos confusos, que no permitieron confirmar su configuración.”






“También se encontró otros sitios, el primero con cimentación visible y abundante cerámica, denominado Pachamama...”.



En 1995, el Dr. Ken Heffernan, arqueólogo australiano, con permiso del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, investigo las ruinas de Pacha- mama, dentro del “Proyecto Arqueológico Cojitambo”. En su primer informe presentado a la Dirección Regional del Austro, el 15 de diciembre de 1995,
señala:

“Otro día fue, usado en levantar un mapa y hacer una pequeña recolección de superficie en el sitio arqueológico tardío de Pachamama. 


Pachamama fue traído a la atención del proyecto por el Arq. Antonio Carrillo como un ejemplo comparativo de un sitio Cañarí con evidencia de arquitectura superficial, y un sitio con necesidad de una evaluación arqueológica. Esta
parte del estudio será tema de otro informe especial.”


En abril de 1999, en cumplimiento de lo previsto en el Art. 7 literal j) inciso segundo de la Ley de Patrimonio Cultural, y por pedido expreso de la Empresa Municipal de Aseo de Calles de la I. Municipalidad de Cuenca ( EMAC), la Dirección Regional del Austro del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, realizo los trabajos de prospección, delimitación y relevamiento en el sitio arqueológico Pachamama, determinando la existencia de cuatro conjuntos arquitectónicos:




 claramente definidos, además de numerosas estructuras aisladas, basamentos de vivienda, 





 tumbas, pozos de agua y caminos empedrados,





 sobre los cuales se pretenden ubicar el relleno sanitaria de Cuenca, afectando a la mayor parte de los vestigios arqueológicos del sitio. 




DESCRIPCIÓN DEL SITIO.

Ubicación Geográfica.

El sitio arqueológico de Pachamama, esta localizado en la meseta del mismo nombre (en él limite entre las provincias de Azuay y Cañar), a 17 kilómetros de la ciudad de Cuenca, en las parroquias Solano y Javier Loyola de los cantones Déleg y Azogues de la provincia del Cañar, y en la parroquia Llacao del cantón Cuenca provincia del Azuay.



Según la carta topográfica del IGM., AZOGUES- CT- NV-CA- 3885 -IV, a escala 1: 50.000 el sitio se ubica en las coordenadas geográficas 2 o 49'27" de latitud Sur y 78 o 55'24" longitud Oeste, a una altura de 2800 metros sobre el nivel del mar.

Topónimo

El topónimo del sitio. De acuerdo con los pobladores de la zona es Pachamama (quichua); que significa: Madre Tierra; de Pacha = Tierra y Mama = madre.

Características Naturales

Orografía.

La meseta de Pachamama se levanta sobre una pequeña cordillera en forma de U, que se extiende desde el caserío La Raya, al Norte, hasta el caserío El Descanso, al Este. De la cumbre se denomina el valle del rió Burgay, en la provincia del Cañar, y el valle del rió Cuenca, en la provincia del Azuay.

Topografía.

La topografía del terreno es generalmente plana, con pequeñas lomas como las de Tulun, Quichul, Cuevaloma y Tablamachay, en él limite norte. En el Sur, las pendientes pronunciadas descienden hasta el fondo del valle del rió Cuenca.

Suelos.

Los suelos son generalmente de color gris, muy pobres en materia orgánica y elementos nutrientes. Se encuentran erosionados por la acción del agua y el viento, y no presentan condiciones favorables para la agricultura.

Hidrografía.

Las fuentes de agua más cercanas son las quebradas de Chacahuayco y Tuña, que vierten sus aguas en él rió Déleg, afluente del rió Burgay, y las quebradas de Negas, Portete, Aurin y Shiquir, que vierten sus aguas en él rió Cuenca, afluente del rió Paute, que desemboca en la vertiente del Atlántico.

Vegetación natural.

La vegetación natural esta constituida por gramíneas y plantas de altura como el laurel de cera, ñacchac, zhadan, chilca, retama, sigse y helechos. En las pendientes se observan pequeñas manchas de chaparro bajo y plantas de eucalipto, capulí, guaba, chilca y laurel.

Fauna.

La fauna es muy restringida, y tiene como representantes al ratón, conejo, tórtola y numerosas aves de rapiña.

Clima.

El clima es “Ecuatorial mesotermico semi –húmedo”, con dos estaciones variables: verano e invierno. La temperatura oscila alrededor de los 18 grados centígrados y la pluviosidad anual alcanza los 500 milímetros.

Tenencia de la tierra.

Los terrenos fueron inicialmente comunales, de propiedad de los campesinos de las parroquias: Solano y Javier Loyola de los cantones Déleg y Azogues de la provincia del Cañar, y LIacao del cantón Cuenca, provincia del Azuay. Sin embargo, debido a la invasión por parte de los miembros de una Cooperativa de  taxis "El Relámpago", el IERAC, adjudico la meseta de Pachamama, en una superficie de 94, 69 hectáreas a la I. Municipalidad del cantón Cuenca,el 12 de julio de 1993 , en la suma de $3.787,600.

En la Cláusula Única de la "Providencia de Adjudicación", consta que "las tierras materia de esta adjudicación estarán sujetas para su utilización de acuerdo al plan de manejo propuesto por la ilustre Municipalidad de la Ciudad de Cuenca; de igual manera, aplicara la Municipalidad del cantón Déleg" ( en que terrenos?).

Las ruinas olvidadas de un Observatorio Kañari



En la cima del cerro Ingapirca, cubierta de maleza, musgo y árboles, está lo que posiblemente fue una casa o templo cañari. Con la respiración acelerada y el sudor que corre por la frente, llega don José Guapizaca de 85 años y muestra el camino que lleva a la cima del cerro sagrado




Sujeta bien su palo de madera, mira hacia arriba y señala la ‘muela del inca’, una formación rocosa en forma de triángulo y de un color blancuzco. Asegura que para llegar a los vestigios arqueológicos hay que llegar hasta ahí, siguiendo el sendero de tierra y piedras.

Toda su vida ha transcurrido en el sector y conoce las historias. No solo eso, sino que se siente identificado con cada palabra que dice. “Es una casa de piedras, pero eso ha estado botado ahí nomás”, asegura. Cuando era niño visitó varias veces el lugar, pero ahora no se atreve a llegar porque las rodillas le duelen.




Comenta que fue hogar de los incas, al igual que los cerros Ingapirca, Guagualzhumi y El Calvario. “Le digo porque todos eso ha estado lleno de tiestos, hechos por ellos, pero se han ido llevando”, comenta el lugareño.


La caminata se emprende por un camino de tierra y piedras, que van en una subida constante. El sendero está rodeado de plantas, árboles y vegetación. El cansancio se hace sentir rápido y, si no se está acostumbrado a la altura, el oxígeno falta, mientras la brisa fría golpea en el cuerpo, en contraste con el calor que producen tantos minutos de caminata.

Durante una hora, hay que seguir a pie, es recomendable hacerlo en compañía de algún baqueano, porque ir solo representa un riesgo y es el de no encontrar el camino de vuelta. “Eso cerros son celosos, te cogen y no te quieren dejar ir”, relatan los mayores de Paccha.




Una vez en la cima, hay que seguir caminando. En ese punto, la gran ‘muela del inca’, que es la señal desde la parte baja, es invisible, pues al estar a la misma altura no es factible poder detallarla.

En medio de abundantes arbustos, plantas y árboles, se encuentra la casa. Son sobreposiciones de piedras y en las paredes también hay pequeños huecos, que posiblemente sirvieron para colocar cosas.

Son vestigios arqueológicos, que el experto Napoleón Almeida -recientemente fallecido-, durante una entrevista con este medio de comunicación, reconoció como parte de los tesoros que hay cerca de Guagualzhumi.

Esta casa mide un metro y medio de altura, aproximadamente; tiene dos “entradas” a cada lado y mide unos 10 metros de largo por unos cinco de ancho. Desde ahí se tiene una mirada panorámica de lo que es Paccha y parte de Nulti.

El piso es de tierra, y aunque se cree que los cañaris preferían hacer la construcciones en forma elíptica o redonda, es importante saber que también tenían casas rectangulares como lo plantea Gustavo Reinoso, en su libro ‘Los cañaris en el incario y la conquista española del Tahuantinsuyo’.




Guapizaca, aunque a su edad se siente incapaz de subir el cerro, asegura que es un espacio lleno de magia en donde vivieron los incas y, por lo tanto, tiene ahí un sinfín de historias. Entre las leyendas que suele contar está la de la ‘Mama Huaca’.

“Ha habido oro, oro arqueológico de ese que han dejado los incas, pero no es posible encontrarlo. Hemos visto siempre los churucos, pero jamás hallamos nada”, asegura el abuelo, quien además es famoso por contar las historias de su natal Paccha, mientras vende el pan que solo él sabe hacer a leña.



La Mama Huaca, Paccha

En todos los sitios del Azuay o Cañar en donde hay cerros sagrados existe la leyenda de la Mama Huaca. Aunque siempre varía, depende del lugar, los relatores y las experiencias de cada uno.

Para José Guapizaca esta es una de las leyendas que más ha marcado en su vida. Asegura que, cada vez que hay luna nueva, se ve en el cerro Ingapirca un churo de color azul, muchos se han ido tras él, porque supuestamente era el reflejo o la señal de que existía ahí oro puro, pero no han regresado jamás.


Hay una mujer que se llama la Mama Huaca, quien es una señora que lleva par de trenzas, una pollera y una blusa florida.

Tiene rostro angelical, pero cuando llegan al fuego se convierte en una bruja malvada que se lleva a los que suben hasta la imponente cima del cerro.

“Ella ha sabido llevarse a todos”, asegura el mayor que es uno de los miembros más antiguos de la comunidad de Paccha, quien cuenta las historias.

Fvente: http://www.eltiempo.com.ec/noticias/intercultural/27/431603/las-ruinas-olvidadas-de-una-casa-canari