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sábado, 12 de octubre de 2019

LOS WAQUEROS NOS ROBARON EL PASADO



Sígsig se caracteriza por ser un emporio arqueológico, aquí tenemos el Abrigo Rocoso de Chobshi en el cual pernoctaron los primeros habitantes del Ecuador hace 10000 años, el castillo de Chobshi y Zhabalula que para mucho fue el centro de organización de la cultura kañari. Por otro lado en estas tierras se han llevado a cabo importantes hallazgos arqueológicos, al respecto a manera de síntesis permítanme transcribir un interesante e importante estudio titulado “Sepulturas Ricas de Oro en la Provincia del Azuay”, del Dr. Max Uhle “…

Una de las cosas más notables de la provincia del Azuay son los grandes hallazgos de oro que se han hecho en varias partes, hace ya muchos años, especialmente por huaqueros… Los puntos más famosos por los hallazgos de oro han sido: toda la región de Chordeleg (desde 1856); la del Sígsig (1899)… en Sigsig habían solo doce de tales sepulturas; pero estas muy ricas, más o menos una cuadra más debajo de la calle Corral del pueblo, a los dos lados de la calle Vega. Los pozos del Sígsig contenían nada más que objetos y cuentas de oro…

 Un pozo del Sígsig contenía 44 libras; otro más de dos quintales de oro;… Las formas varían: habían placas redondas de oro, zarcillos, narigueras, brazaletes, cascabeles, coronas o “llautos”, escudos de defensa (sin madera) gruesos; también instrumentos de música como rondadores y flautas; redondeles de oro macizo, fundido, de tres libras, vasos de oro, medio globular, de mayor a menor en largas series. El espesor de los objetos era variado, de 1mm a 1cm, los escudos de defensa eran gruesos. Muchos de los objetos eran ornamentados con figuras, líneas, etc”  (Max Uhle, 1922).



Corona Cañari.

Lamentablemente la mayoría de las tumbas encontradas en el cantón fueron saqueadas inhumanamente y vendidas a tal punto que se crearon pequeñas asociaciones de waqueros con el fin de robar el pasado para enriquecer económicamente su presente; así apunta Segarra: “La huaca se descubrió la tarde del domingo, 2 de julio de 1899, y esa misma noche se organizó una sociedad de hecho para su explotación y se acudió a Chordeleg por expertos huaqueros Juan y Manuel Iñiguez y Antonio Serrano, mientras don Ignacio Samaniego se ocupaba del aspecto legal del denuncio. Antes y después de ese hallazgo, dicho señor Samaniego promovió numerosas campañas en Pedernal, Santopamba, Palopamba, y otros sitios del Sígsig” (Segarra, 2000:93).

Al fin de una excavación, los huaqueros se repartían proporcionalmente, o en iguales partes, su producto, despedazando los objetos para igualar las acciones, y de ninguna manera consentían en el precio para que uno quizá pudiera coger un objeto entero, ni tampoco consentían vender pronto por nada… Los objetos revestidos de oro o plata se desvestían aprovechándose solo los metales; el resto se botaba” (Max Uhle, 1922).  

Lo poco que se ha logrado conservar de estos hallazgos, nos ha dado a conocer el estado de cultura y el grado de desarrollo a que había llegado aquella nación. Por fortuna Marshall Saville escribió un libro sobre las piezas extraídas en el año de 1899, titulado "The gold treasure of Sigsig, Ecuador”. Algunas de estas piezas se hallan en el Museo del Indio Americano, Fundación Heye.
A continuación detallamos las piezas de Sígsig que se encuentran en el Museo Nacional del indio americano: (Colección de oro de Saville).

 

Corona Cañari

Gracias a los waqueros que en otras palabras son los más sínicos ladrones que pueden existir perdimos una importante parte de nuestro patrimonio.
En la actualidad todavía persisten éstas personas que hacen de las suyas destruyendo nuestro patrimonio para quizá adornar su sala o alimentar una cuenta bancaria producto de la comercialización ilegal…

Es una pena que se pongan un valor económico al patrimonio…
Para finalizar el valor del patrimonio cultural, natural, religioso, arqueológico e inclusive familiar es el que la gente sienta y otorgue como un algo que forma parte de lo que somos y que nos representa íntimamente. Al patrimonio simplemente o lo valoramos en especies, o lo valoramos como lo que es... una imagen de nosotros mismos.

 En este sentido y considerando que “los bienes culturales son uno de los elementos fundamentales de la civilización y de la cultura de los pueblos, y que sólo adquieren su verdadero valor cuando se conocen con mayor precisión su origen, su historia y su medio” Convención de la UNESCO.
En otras palabras el valor real del patrimonio es él que el pueblo mismo le da... y creo que en nuestro cantón, éste aparentemente todavía no es muy alto.







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