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sábado, 14 de enero de 2012

EL IMPRESIONANTE PADRE RUMI Monumentos espectaculares de piedra que desconcierta a quienes lo conocen


LA FIGURA DEL PUMA O LEON ANDINO

El sitio denominado “Padre Rumi” ubicado en las estribaciones de la cordillera occidental, en la parroquia Jerusalén perteneciente al cantón Biblián, a una altura aproximada de 3.800 msnm. De encanto y belleza natural impresionante. Son formaciones rocosas que presentan innumerables formas llevan a imaginar y pensar la razón de ser de este colosal monumento de piedra.

Varias bibliografías tratan de la existencia de estos emplazamientos, ubicados no solo en el austro ecuatoriano sino que se presentan en otros países como Perú (Marcahuasi), Chile (la isla de Pascua), México (el Valle Sagrado de Tepoztlan), inclusive en otros continentes como: Europa, Africa y Asia.

EL PADRE RUMI EN BIBLIAN – PROVINCIA DEL CAÑAR





Investigadores de este tipo de formaciones llegan a pensar y hasta imaginar que son obras de civilizaciones anteriores y habitantes de otros mundos, con referencia a las líneas de Nasca y otros gravados gigantes que se encuentran ubicados en el Perú.

Geólogos manifiestan que estas formaciones fueron realizadas por la prodigiosa naturaleza, la erosión, el viento, el agua, el sol, es decir los fenómenos naturales que moldearon las piedras a través de los años, o que son formaciones geológicas naturales que aparecieron ya con esa forma.

Lo inquietante de esta concepción es la reiteración que existe en este tipo de configuraciones,  algunas con formas antropomorfas y zoomorfas en piedras denominadas “cantos rodados”, es decir que son piedras de los ríos y que se hallan en las riberas de los mismos, encontrándose la mayoría de figuras ubicadas en las estribaciones de los Andes.

CABEZA DE LA SERPIENTE EN LA CIMA DEL PADRE RUMI





Un artículo de la National Geographic de marzo de 2010, nos da ha conocer una investigación de los arqueólogos el peruano Johny Isla y el alemán Markus Reindel miembros del instituto arqueológico de Alemania  en el proyecto “Nasca-Palpa” refiriéndose a las enigmáticas líneas de Nasca, que han concitado el interés de la humanidad, llegando hasta suponer que fueron elaboradas por extraterrestres y que les servían como sistemas de ubicación.

Todo este tipo de afirmaciones con las investigaciones efectuadas fueron desvirtuadas y llevadas al campo de la imaginación. Las conclusiones a las que llegaron en esta exploración es que estos imponentes grabados sobre terrenos arenosos en las alturas de los Andes como: el colibrí, el mono y otros geoglifos que son visibles enteramente sólo desde el aire fueron construídos por las manos del hombre, aunque esta afirmación sea difícil de creer.

Los nazcas del Perú florecieron entre el 200 a.C. hasta cerca de 600 d.C. quienes nos dejaron claves deliberadas sobre las funciones de esas imágenes. Las mismas que fueron elaboradas para obtener el líquido vital, el agua, que la suplicaban a sus dioses, hasta con ofrendas humanas, según lo atestiguan los restos encontrados por los arqueólogos. 

Es así que cultivaron la tierra y lograron florecer en el seco Valle de Nasca durante ocho siglos. Pues bién queda sentado gracias a estas investigaciones que las espectaculares líneas de Nasca fueron hechas por los hombres [1].

Una hipótesis es que el Padre Rumi fue centro de adoración de los “manganes” y “burgaymayus” tribus cañaris que ocupaban estas tierras. Según la historia del Ecuador del padre González Suárez en sus investigaciones nos señala: “Los principales dioses adorados por los Cañaris eran la Luna y los árboles grandes.

El culto del Sol se introdujo, si hemos de creer a Garcilaso, con la conquista y el señorío de los Incas. «Antes de los Incas, dice Garcilaso, adoraban los Cañaris por principal dios a la Luna, y segundariamente a los árboles grandes y las piedras que se diferenciaban de las comunes, particularmente si eran jaspeadas. Con la doctrina de los Incas adoraban al Sol, al cual hicieron templo y casa de escogidas y muchos palacios para los reyes» En Tomebamba era adorado especialmente un oso.

El concilio limense, cuando habla de la idolatría de los indios, advierte que en cada provincia había un ídolo o huaca común, y en cada pueblo, otro particular, a los cuales deben añadirse los conopas o dioses caseros y las pacarinas o sitios de donde creían que habían nacido sus progenitores”[2].

COMPLEJO DE PIEDRA PADRE RUMI



Además las leyendas y la tradición oral indican que los cañaris eran expertos en acomodar, readecuar y esculpir las montañas con la forma de sus dioses, inclusive se manifiesta que habían labrado los meandros de un río con la forma de su dios primigenio, es decir la “Guacamaya”[3], cuyo perfil segun investigadores se encuentra en los meandros del río Culebrillas y más impactante observado en los antiguos meandros del río Tarqui en la parroquia del mismo nombre en la ciudad de Cuenca.

Es decir se puede inferir y conjeturar que estas configuraciones monumentales que asemejan figuras antropomorfas y zoomorfas fueron esculpidas por los cañaris. Cuya obra cumbre de su trabajo de readecuación de las montañas se encuentra emplazado en Ingapirca en el mal denominado “ingañahui” o cara del inca, que seguramente debió ser la representación del monarca supremo cañari.

Pues el templo del sol Inca y todo su complejo, fue emplazado sobre un adoratorio cañari superponiendo su religión sobre la del pueblo sometido.

FIGURA ANTROPOMORFA EN EL PADRE RUMI



En el Padre Rumi podemos divisar formaciones antropomorfas caras humanas, zoomorfas caras de animales, el jaguar, la culebra de la cual también se creen procedentes los cañaris, el cóndor que se lo puede admirar en el conjunto monumental, hasta representaciones fálicas. Por lo tanto queda a criterio del lector sacar sus propias conclusiones, y no dejar de conocer y admirar este atractivo turístico del cantón Biblián e investigar sobre su procedencia natural o elaborada por la mano del hombre.
Estas esculturas monumentales son un legado que nos deja una raza valiente, valerosa, valiosa e  igualmente monumental, como fueron los Cañaris, que vivieron más de 3.000 años en estos lares.

domingo, 8 de enero de 2012

Los Muros de Párig.

 Cada piedra en los muros del Ingañan, en su calzada, en las terrazas y apachitos, tiene una función y un encanto en el entorno.

Siempre me fascinaron las formaciones rocosas y las rocas en sí; pero cuando estas forman parte de un todo armónico, como en los muros o calzadas de nuestros senderos, en las paredes y patios ancestrales o en los caminos y ruinas arqueológicas, son más que fascinantes.
 
  

Y en las laderas de Párig frente al puente de chicti sobre el rio Paute, el segmento de Ingañan por el que caminamos con Bolívar Cárdenas, en sus muros laterales y de sustentación para salvar las pendientes; en su calzada a ras del suelo o en gradientes, en sus apachitas y huancas que señalan las distancias entre tambos del chasqui, como cuenta Cieza de León; en las terrezas de cultivos y habitacionales junto al Ingañan, Intiñan o Chaquiñanes, las piedras tienen otra mágica fascinación y lectura: “… en estos muros todas las piedras trabajan, no están llenando un espacio simplemente…” como advertía mi anfitrión.

Terracería
La carretera que nos conduce al Guachapala, en este sector parece parte de una gran primera terraza, que se continua con una serie escalonada hasta, casi, la cima del cerro, en donde sobresale nítidamente, visible desde la última curva al salir de Paute, una formación natural totémica que los nativos le llaman el Pichaurco.

Frente al caserío de Párig, digo frente a su torre, el camino, como que al llegar al centro poblado termina, pero caminando un poco mas hacia oriente en  ascenso vuelve a parecer con todos sus elementos distintivos, muros de contención laterales, de sustentación en las pendientes, calzada en escalera en toda la subida y huancas.

Caminamos largo por sus escalones que no terminan entre muros coronados de pencas, moras, geranios, helechos, pepinos, mortiños, uvillas, capulíes y mas vegetación típica de nuestras cercas.
Camino viejo a Andacocha.

Este camino llega a andacocha y sigue hacia el cerro…”Informa un campesino que nos mira incrédulo avanzar por el “camino viejo…” ¿A dónde van? Caminando no más vecino… que bueno, que bueno, que les vaya bien… posiblemente llega a Toctesí o Toctesaray, apunta mi guía, regresamos, más tarde Marco Rodas confirmo que este camino pasa por andacocha.

Apachitas
Montículos de piedras que los indios aglomeraban en las encrucijadas de los cerros, a manera de atalaya cerca los cacicazgos, o en ciertos puntos del camino como sitios de descanso o adoratorio en donde había que dejar una ofrenda, aun que sea una piedra mas, que en lo personal me recuerda la cima de las apachitas en la vía Arequipa Valle del colca en el Perú.