Una reconstrucción histórica y arqueológica de la gran
nación cañari precolombina como un nuevo proyecto regional, sería necesario
para la integración austral de todos los pueblos de la región a través del
“turismo historia e identidad”, razón y pretexto para unirnos en búsqueda de
mejores días y oportunidades.
Sería una verdadera auténtica y justa descentralización de
la identidad, cultura, y nacionalidad para los pueblos australes, apostando al
turismo, con la creación de la nueva ruta turística de la gran nación cañari,
lo que sería válido para solicitar a la Unesco su declaratoria como patrimonio
de la nación, por derecho, legado y tradición.
Sería un nuevo macro proyecto turístico regional: la
restauración histórica y arqueológica de la gran nación cañari, un trabajo
mancomunado entre la sociedad civil, privada y pública, con la coordinación
entre los gobiernos autónomos y provinciales, en lo posible de todas los
cantones y provincias, para, en unidad, buscar el bien común regional, para
toda la sociedad austral.
Empezaría con una oferta del turismo abierta para el mundo,
que pudiera así competir con las más grandes empresas turísticas.
Se podría crear casas, espacios y plazas comunitarias,
turísticas, culturales y antropológicas que sirvan como museos abiertos y
parroquiales para fomentar la autogestión en cada comunidad, con el concepto de
que la descentralización de los pueblos que es la verdadera y auténtica
dignidad de sus hombres y derecho de todos los pueblos.
Para ello sería clave la capacitación para el estudio,
investigación rescate e inventario de todo contingente patrimonial y legado
arqueológico cultural y antropológico, en cada comunidad y localidad, para un
dar un agregado turístico a las vistas a las mismas, con un manejo mancomunado
con guías y agencias de viajes, todo lo cual lleve a una restauración histórica
de la nación cañari.
Debería inventariarse el valor de la nación cañari en el
patrimonio nacional en éste proyecto para rescatar, recuperar, restaurar,
estudiar, investigar, resguardar, proteger, manejar, promocionar y difundir
este milenario legado patrimonial para el turismo, reivindicando así la
identidad patrimonio y nacionalidad precolombina.
Esto para luego proponer mancomunadamente con voluntad de
quienes decidan apoyar la solicitud, gestión y protocolos que el ingreso al
registro de la Unesco como patrimonio de la humanidad, demande.
El lenguaje cañari, oriundo y primigenio del austro está,
histórica y antropológicamente, por restaurarse de forma completa; la escritura
en los jeroglíficos, marcados en piedra de las ruinas de Shungumarca, por
estudiar, investigar, promocionar y difundir, lo mismo que el conocimiento de
su religión, con la adoración a la luna y animales considerados sagrados como
las guacamayas, el puma, entre otros, lo mismo que el génesis mitológico de la
leyenda del origen del pueblo cañari y que fundamenta su identidad, raza y
nacionalidad.
El vasto territorio del austro con influencia por la costa
hasta el mar, el uso del pueblo cañari de la moneda del spondilus, la adoración
a la luna sólo propia de los cañaris, las casas cañaris que tienen la forma de
la luna o elíptica, son bastos temas de investigación.
LA LENGUA
La lengua quichua de Ecuador, por lo general es bisílaba y
su acentuación es grave, la acción de los misioneros católicos en la acción de
la evangelización ha ayudado a preservar este idioma, pero el cañari es un
idioma monosílabo con palabras como Jer, Zhud, Gun, etcétera o palabras que
repiten el monosílabo como Chanchán, Milmil, Chilchil, Zhamzham.
Pero además, el idioma cañari está formado por palabras con
el acento en la última sílaba (agudas) y no como el quichua que se forma de
palabras graves, con acento en la penúltima sílaba. He ahí una primera
diferencia de los pueblos originarios de Quito: Azuay, Lavadel, Chuichún,
Racar, Biblián, Absul.
O sea que una regla para conocer el idioma cañari es que
está formado por palabras agudas, al igual que los apellidos o nombres de las
personas. No puede ser cañari una palabra grave o esdrújula, salvo que la
palabra se haya quichuizado o castellanizado.
Hay pueblos que tienen un idioma de monosílabos, palabras de
sílabas repetidas y acento agudo: el pueblo chino o los pueblos semitas del
Medio o Próximo Oriente. Ahí podría estar la clave de los cañaris, raza hermosa
y con gracia, de valientes, amigos de caudillos y ideas religiosas y políticas
de avanzada.
Su origen del Asia se podría remontar a China y a los
tártaros; por occidente, a través del Amazonas, el descubrimiento al revés del
Quito, por Zhoray y la cordillera de los Andes. He ahí el origen llegada y de
dónde nace el idioma y lenguaje primigenio del austro.
EDIFICACIONES EN CÍRCULOS
De las ruinas cañaris de Shungumarca, donde se encontró la
piedra gravada con escritura de jeroglíficos, puede decirse que la forma
elíptica del Castillo de Ingapirca es cañari, así lo sustentan los vestigios de
Shungumarca.
La cara del inca Huayna Cápac -su emperador nacido en
Tomebamba- tallada por los cañaris para desafiar a los siglos, el Sizhu, la
gran cantidad de fortalezas como Chocar, el Llactacashca, el Shungumarca,
demuestran el gran sentido estético de sus artistas para escoger para Ingapirca
la piedra verde de las canteras de la cordillera o la piedra roja para
Shungumarca, extraída desde Pucarumi.
Ingapirca, en la cosmovisión cañari, es de una sola elipse
formada por la yuxtaposición de tres círculos, en tanto que en Shungumarca se
tiene dos elipses con manantiales de agua y acequias, reservorios cónicos para
el uso; con una construcción en forma de pentágono, con un corredor exterior
para ingresar a sus habitaciones.
Calzadas, tubos de alfarería para transporte de agua,
cabezas de piedra de aves, al parecer de cóndor, pero, con propiedad, son
guacamayas, en la fortaleza original como hitos de sus totems.
SPONDILUS, LA CONCHA MONEDA
La concha spondilus prueba que la cultura cañari, (por las
conchas encontradas como moneda en los entierros del cerro y cementerio
milenario cañari de NarrÍo), llegó por el norte hasta los territorios de los
chibchas, en Colombia e incluso hasta Centro América. La concha, moneda prehispánica,
testimonia la intercomunicación e influencia del pueblo cañari hasta la costa,
el mar e incluso las selvas orientales.
Esta moneda de los cañaris participó del intercambio
comercial de la América precolombina. De ahí, el enriquecido colorido cultural
del cantón Cañar y de su provincia.
Teodoro Rodríguez Muñoz (Con referencias de Luis Rodríguez
T. y el presbítero José Rodríguez P.)
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