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jueves, 4 de noviembre de 2021

Cacique Duma revive en Ecuador y reclama a Londres su Corona

QUITO (Sputnik) — En la pequeña comunidad ecuatoriana de Chobshi, en la sureña provincia de Azuay los, vestigios de una fortaleza construida con piedras volcánicas son el recuerdo viviente de Duma, un aguerrido cacique que se enfrentó al ejército Inca, a mediados del siglo XV.
 


Seis siglos después, los habitantes de esta región, cuyos ancestros son los kañaris, una de las nacionalidades más antiguas de Ecuador (su presencia data de hace 12.000 años), buscan rescatar su historia, recobrando una corona de oro de Duma.
Ahora es parte de las colecciones de arte del Royal Collection Trust, fundación benéfica establecida en 1987 por la reina Isabel II de Reino Unido para administrar la colección real, y que posee una de las colecciones de arte más importantes del mundo.

En 1862, la corona fue obsequiada a la reina Victoria de Inglaterra por el entonces presidente ecuatoriano Gabriel García Moreno, con la intención de convertir a Ecuador en un protectorado inglés.

En su rescate

Varias organizaciones, encabezadas por el prefecto de la provincia de Azuay, Yaku Pérez, el alcalde de Chordelec, Carlos Sukuzhañay, y el alcalde de Sígsig, Pablo Uyaguari, reclamaron en junio al Royal Collection la devolución de la pieza.

El pedido es apoyado por la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), que agrupa a organizaciones de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia y la Federación Kañari de Azuay.

"La adquisición de nuestra corona por su museo es el resultado de un proceso colonial de despojo, epistemicidio, memoricidio y genocidio", dice el pedido a la Royal Collection, al que tuvo acceso Sputnik. "No puede ser tratada como un trofeo colonial (…) ni ser expuesta ni degradada en un museo".

Por la demanda de los azuayos no fue presentada a una Corte; el pedido oficial fue canalizado a través de correos electrónicos enviados a directivos del Royal Collection Trust, mediante documentos físicos remitidos a la sede de la Embajada Británica en Quito y también enviados a la legación ecuatoriana en Londres.

Hasta el momento, la crisis generada por el COVID-19 impide a los demandantes acudir personalmente a las instancias internacionales a gestionar el requerimiento.

A la espera

El pedido aún no tiene respuesta oficial. "Entiendo la demora porque el Reino Unido, igual que el resto del mundo, se encuentra en emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19", comenta a Sputnik el prefecto del Azuay.

Pérez, abogado de 51 años, no descarta presentar un reclamo ante la oficina de Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, e incluso piensa acudir a tribunales la Corte Internacional de Justicia.

"La lucha puede ser larga, pero estamos seguros de que tendremos la corona de vuelta en nuestra tierra, donde debe estar", dice a Sputnik el alcalde de Sígsig.

Uyahuari añade que la corona es parte de la historia y de la esencia de los azuayos.

El optimismo por recuperar la corona se basa en el hecho de que pertenece a un pueblo ancestral.

Los demandantes esperan que el derecho internacional les dé la razón, considerando la figura legal del despojo, pues para que se regale la corona no hubo consentimiento del pueblo kañari.

"Todo lo que fue tomado de nuestros abuelos y territorios es parte del saqueo colonial y tiene que ser devuelto como parte del reconocimiento de los derechos humanos universalmente aceptado y reconocido por el Sistema de Naciones Unidas y de libre determinación de los pueblos originarios", dicen los peticionarios.

Ajena a los reclamos, la corona dorada permanece en Londres.

En 2012 fue parte de la muestra Tesoros de los Palacios de la Reina presentada en Edimburgo, Escocia, para celebrar los 60 años de la entronización de Isabel II.

La reliquia fue una de las estrellas de la exposición, formada por un centenar de objetos exhibidos entre marzo y noviembre de ese año en la sala The Queens Gallery del palacio de Holyroodhouse, residencia oficial de Isabel II en Escocia.

La cueva negra
 


Chobshi es una comunidad de unas 60 familias, muy conocida porque en estas tierras, en la denominada "Cueva Negra", se han encontrado vestigios del origen del hombre en Sudamérica.

La comunidad es parte del cantón Sígsig, muy conocido por el turismo y sus artesanías.

En Sígsig, alrededor de 1.500 campesinas que viven en las comunidades de la periferia confeccionan los icónicos sombreros de paja toquilla, también conocidos como "sombreros Panamá", que han dado la vuelta al mundo y son famosos, sobre todo, en Europa y Estados Unidos.

Si la corona retorna a Ecuador irá a un complejo arqueológico que el alcalde Uyahuari planea construir alrededor de la fortaleza de Duma.

Según dijo a Sputnik el historiador Jorge Núñez, la joya tallada por indígenas kañaris es una pieza de gran interés histórico y patrimonial, dado que permite rememorar el trabajo con metales preciosos en la época precolombina.

Nuñez enfatiza que la devolución de la corona constituiría un acto de reparación y de justicia para los pueblos indígenas.

Primer paso

"La corona tiene un valor histórico, político, ideológico. No se puede permitir que siga en Inglaterra", dice Yaku Pérez.

Recuperar la corona es solo un primer paso en la reparación histórica que buscan los azuayos.

Los demandantes están conscientes de que el proceso puede durar muchos meses, pero no les importa.

Según Pérez, posteriormente buscarán recuperar los quipus, cuerdas de lana o algodón de diversos colores, provistas de nudos, que eran utilizadas por las civilizaciones de los Andes sudamericanos como un sistema de contabilidad y de almacenamiento de relatos épicos de los Incas difuntos.

Los quipus, que pertenecen a los pueblos preincaicos y precolombinos, están en muchos museos de Europa; Pérez dice que unos pocos están en Lima y en Ecuador no queda nada.

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