La importancia estratégica de la región cañari fue aprovechada desde tiempos prehispánicos, mediante guerra de guerrillas, táctica cañari empleada al inicio de la guerra cañari-inka, como nos refiere Udo Oberem en su artículo “Los Cañaris y la Conquista española de la Sierra ecuatoriana: Otro Capítulo de las Relaciones Interétnicas en el siglo XVI”. Los cañaris que no pactaron con Túpac Yupanqui, se replegaron hacia el norte, combatiendo en el ejército confederado que dio dura guerra a los ejércitos inkas. Los cañaris, al inicio de la invasión inka, necesitaron pocos soldados para dar golpes de mano entre Oña y Cañaribamba, causando gran desgaste moral en el ejército inka.
El testimonio de Don Francisco
Vilcacutipa, curaca de Ilave, recopilado en la crónica de Garcí Diez de San
Miguel, nos in vita a estudiar esta parte de la historia: “Era de edad de cien
años y que es cacique desde antes que muriese Guainacava [Huayna Cápac] cuando
fue a pelear con los indios de Tomebamba [Cañaris]… y que la dicha Guerra duró
veinte años… De toda la provincia de Chucuito dieron una vez al Ynga para la
guerra de Tomebamba donde este declara fue con él seis mil indios, y destos
murieron en la guerra los cinco mil y todos los caciques salvo dos y no
volvieron más de mil indios”…
En la guerra cañari-inka el
ejército de Pachacutec y Túpac Yupanqui se llevó una desagradable sorpresa. En
tiempos de paz, los cañaris se dedicaban a diferentes actividades (agricultura,
orfebrería, textiles, arquitectura, entre otras cosas). En tiempos de guerra
eran fieros guerreros. A decir de Jacinto Aguayza: “lucharon por su libertad”.
Estos acontecimientos provocaron
en las fuerzas de Pachacutec y Túpac Yupanqui un avance lento, lineal
(Saraguro-Guapondélig (la Tomebamba de los inkas, la Cuenca
colonial)-Ingapirca-Achupallas) y hostigado. Las condiciones culturales
(cañaris del Urin Saya que no reconocieron el pacto de Dumma, cacique de
Guapondélig –Tomembamba de los inkas- con Túpac Yupanqui), geográficas y
climáticas, no permitieron un avance inka hacia los flancos oriental y
occidental de la nación cañari. Las dificultades de atravesar este territorio
las describen en sus apuntes de campo el quiteño Carlos Montufar y Larrea, y
los naturalistas europeos Alexander Von Humboldt y Aimé Bonpland (1-4 de julio
de 1802).
Mario Garzón Espinoza, en su
libro “Cañaris del Sur del Ecuador, y Mitmaq Cañaris del Perú”, anota lo
siguiente:
“Finalmente Túpac Yupanqui, luego
de establecer su dominio y subordinación a hanansayas y urinsayas cañaris,
estableció su residencia en Tumipamba [Tomebamba], ubicada en el sur de la
región cañari… A Túpac Yupanqui se le atribuye como el iniciador de la
construcción de la ciudad de Tomebamba”.
Lynn Hirschkin, en su artículo
“Cañar Incásico”, concuerda con el criterio de Garzón y agrega: “su hijo Huayna
Cápac, nació allí”. José Alcina F., en su artículo “Los indios Cañaris de la
Sierra Sur del Ecuador”, dice que no fue Túpac Yupanqui, sino su hijo Huayna
Cápac, quien “edificó Tomebamba como una réplica del Cuzco”.
Tomado de: Alfonso Patricio
Reinoso Gaguancela, «El Qhapaq Ñan: la historia del Cañar a través de un camino».
Ministerio de Cultura y Patrimonio. Azogues, Ecuador, 2017.
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